Notas introductorias
Como el ciervo al agua va, del álbum La Asamblea que Canta, original del compositor y teólogo mexicano Alejandro Mejía.
Es un canto procesional de entrada, que puede usarse sobre todo en el tiempo ordinario. También se canta como salmo.
Este salmo cantado o rezado se vuelve una súplica del alma sedienta de Dios, sobre todo del alma de aquel que se ha alejado del Señor y anhela disfrutar de la gracia de Dios en su corazón.
Con él pedimos a Dios que no se acongoje más nuestra alma y podamos finalmente gozar un día de la claridad de su presencia en nuestra vida, especialmente en la Eucaristía, para la que nos prepara como canto de entrada.
Pedimos a Dios que no nos olvide mientras peregrinamos lejos de su rostro, anhelando su presencia; que no deje insaciada nuestra alma, que tiene sed del Dios vivo, sino que nos dé el consuelo de su amor y nos sacie con su Palabra. Pedimos que nos permita avanzar en el camino de nuestra vida, sin desfallecer, hasta entrar después de la muerte a ver su rostro y gozarnos de su presencia.
Así como el ciervo va a las corrientes de agua, buscando saciar su sed, este canto nos hace ponernos en marcha a iniciar la misa y sentir esa sed de Dios: sed de su Palabra y que arda nuestra alma con el deseo de comulgar (come su cuerpo y su sangre).
Es realmente un cántico maravilloso que pone a la asamblea en marcha hacia el altar. Y la última estrofa nos hace, en el Tiempo de Adviento, clamar la venida de Dios a nuestra vida.
Aquí les dejamos este canto con sus acordes y vídeo. Es un gusto poder servirles y ayudarles en su ministerio tan importante en la liturgia eucarística.
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Como el ciervo (Salmo 42/43 – Alejandro Mejía)
G D7 G D7 G
Como el Ciervo al agua va, vamos hacia Ti, Señor;
D7 G D7 G
pues de Ti, tenemos sed, fuente del eterno amor.
Am D7 G Am D7 G
Caminamos hacia Ti, con alegres cánticos;
Am D G Am D7 G
hoy venimos a tu altar para amarte más, Señor.
G D7 G D7 G
Quien escucha mi gemir dice: «¿Dónde está tu Dios?»;
D7 G D7 G
el Señor se encuentra aquí en la voz de júbilo.
Am D7 G Am D7 G
Ya mi llanto ha de cesar, el Señor es Salvador;
Am D7 G Am D7 G
cuando tenga que sufrir, en Ti pensaré, Señor.
Gloria al Padre eterno, gloria al Hijo Redentor,
gloria al Espíritu que nos une en el amor.
Ven, Señor, ¡maranatha! Amén, ¡aleluya!
Ven, Señor, ¡maranatha! Amén, ¡aleluya!